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viernes, 27 de mayo de 2016

La fuerza en el entrenamiento del ciclismo

Después de haber llevado a todo el grupo en fila de a uno y haber observado “la tranca” que mueves, seguro que en más de una ocasión, has oído eso de: “ Tío, con la fuerza que tienes, no sé, cómo luego te quedas subiendo”. Y seguro que la misma pregunta, ha planeado sobre tu cabeza, en más de una ocasión.

La respuesta es muy sencilla, ya que además de la fuerza, van a intervenir otros factores, que harán que no desarrolles la misma potencia en subida como en el llano. Tu peso, el de “tú máquina”, así como el tipo de fibras musculares que tengas, serán los que tendrán la última palabra.

No cabe duda, que en un entrenamiento que se precie, la fuerza es vital, pero no lo es todo. Un deportista de fondo, en el que estás incluido, tendrá una mayor garantía de éxito, cuando su relación peso/potencia, sea lo más equilibrada posible. A un lado de la balanza, el peso, la bestia negra de la mayoría de los cicloturistas. Aquí es donde entran todas las penurias dietéticas para perder y grandes inversiones para aligerar la bicicleta, si es posible. 

Si saltamos al otro lado de la balanza, nos encontramos con la potencia. La potencia, como tal, no tiene un apartado específico como cualidad física entrenable. Pero sí lo tienen los dos factores que la definen: la fuerza y la cadencia. La combinación de ambos, la fuerza que imprimas sobre los pedales y a la cadencia que lo hagas, será lo que determinará la potencia que eres capaz de desarrollar en cada momento.

Por lo tanto, tan importante es quitarte peso, como saltar al otro lado de la ecuación y trabajar los otros factores: cadencia y fuerza. Razón más que suficiente, para convencerte de que el entrenamiento de la fuerza es esencial e imprescindible si quieres progresar. Una  vez más, repetimos: no todo se basa en salir, salir y hacer kilómetros. 

Además, dependiendo del tipo de marchas en las que suelas participar o tu forma de “correr”, hay otros detalles relacionados con esta cualidad física, que van a jugar un papel determinante a la hora de obtener resultados. La fuerza no sólo es necesaria para subir mejor.

Muchas veces echamos la culpa de los tan temidos calambres, a la falta de sales minerales, ya que lo primero que pensamos es que nos hemos deshidratado. Pero el desconcierto puede ser mayor, si te has hidratado antes y durante la marcha y los calambres, llegan de igual modo.

La deshidratación, puede que sea la causa más normal, o la respuesta más fácil, pero quizás no vayan por ahí los tiros y lo que realmente falta es un trabajo adecuado de fuerza. Tus piernas están acusando un agotamiento muscular, para el que no han sido entrenadas. No han resistido, el ritmo que has llevado a lo largo de la prueba.

Algo que también puede ser causante, es una cadencia inadecuada. Si además de todos los puertos con los que suelen amenizar las marchas cicloturistas, el resto del recorrido es de los que llamamos “pestoso”, te tiras media marcha deshojando la margarita: quito plato, no lo quito, quito plato…Al final, no lo quitas y vas gastando balas en cada repecho. Una cadencia demasiado lenta, intentando hacer más fuerza, hará que gastes más combustible y que segregues mayor cantidad de ácido láctico. 

No olvides que a una cadencia baja o lenta, podría hacerte pensar que las fibras musculares que intervienen, son las lentas. Pero nada más lejos de la realidad, ya que las que trabajan en esas condiciones, son las fibras rápidas. Y por su constitución, este tipo fibras, la segregación de ácido láctico es mayor, al ser predominantemente anaeróbicas.

LA FUERZA

En este número nos vamos a ocupar exclusivamente del entrenamiento de la fuerza sobre la bicicleta. La otra forma de entrenar esta cualidad es en el gimnasio. El partido que se le puede sacar al gimnasio es muy grande, ya que aplicando sobrecargas a base de peso, se verán incrementadas las prestaciones en un futuro, cuando transfieras esa fuerza máxima que habrás adquirido, al asfalto. En su día daremos buena cuenta de este apartado.

Volviendo al sillín, hay varios tipos de fuerza, que podemos entrenar: Fuerza resistencia, fuerza velocidad y fuerza explosiva.

Para cada momento, cada especialista, cada recorrido y para cada individuo, puede haber un tipo determinado de fuerza que interese más entrenar. Veamos qué prestaciones puede darte cada una de ellas.

Fuerza Resistencia

La fuerza resistencia sería la capacidad que tiene el organismo para resistir la fatiga producida por ejercicios prolongados de fuerza. Aquí es donde se puede dar la circunstancia a que nos hemos referido unos párrafos atrás: un agotamiento muscular, por prescindir de este tipo de entrenamiento.

Aunque sea otra actividad deportiva, un ejemplo claro lo tienes en los corredores populares, a la hora de afrontar una maratón. Al final de la prueba son muchos los que verás acalambrados y que apenas pueden andar. Queda al descubierto una falta de entrenamiento de fuerza resistencia, en gimnasio y entrenamiento en cuestas.

Cómo entrenar la fuerza resistencia

El momento adecuado para este tipo de entrenamiento sería al comenzar el preparatorio específico o entrenamiento de calidad. Si no has podido ir al gimnasio, podrías empezar a introducir intervalos de fuerza resistencia, en las últimas semanas del periodo de acondicionamiento.

Busca una subida que tenga un porcentaje del 4% al 6%. Algo muy importante es la cadencia que debes llevar. Buscarás un desarrollo, que vayas atrancado y que te permita llevar una cadencia de 50/55 pedaladas por minuto. 

El desarrollo que puedas mover, es algo muy particular. Habrá quien pueda hacer las repeticiones con un 52×14 y otro cicloturista con un 53×12. El efecto será el mismo, ya que ahí reside la individualización del plan. No hay un desarrollo estándar. 

Las pulsaciones estarán comprendidas entre el 80% y 85% de la frecuencia cardiaca máxima. Intentarás no sobrepasar tu umbral anaeróbico. Se trata de que ganes fuerza, no de ahogar tus músculos en ácido láctico.

Tienes que intentar alcanzar las pulsaciones progresivamente. Si ves que te acercas al repecho o subida donde tienes que hacer la fuerza y observas que estás muy por debajo del pulso marcado, no hagas un sprint para alcanzarlo, ya que provocarás una acidosis, que te impedirá ejecutar correctamente el ejercicio.

La fuerza sobre los pedales, la harás siempre sentado. Esto último es muy importante. Debes mantener una postura en la que sientas cómo trabajan los cuadriceps. Como si fueses un robot, en el que sólo trabajan tus piernas. No tires de riñón, porque desperdicias el trabajo que estés haciendo.

Puedes empezar con subidas de 500m y llegar hasta los 3 km ó 4km. También puedes hacer la programación de los ejercicios en tiempo. Desde los tres minutos a los doce.

Puedes hacer desde 4 a 12 repeticiones del tiempo o distancia que estimes, y las puedes dividir en 2 ó 3 series.

Como siempre, la recuperación es fundamental. Entre series será completa, y con una duración de 5 a 15 min. Por supuesto, irá en función de la duración de las repeticiones y número de ellas. A repetición de menor duración, menor recuperación necesitarás.

La recuperación entre repeticiones, tendrán un poco más de la mitad de lo que hayan durado éstas. Si te ha costado 5 minutos, la recuperación será de 2 ½. Puede ser completa al comienzo del preparatorio específico, por lo que empezarás a contar el tiempo de recuperación una vez alcanzado el 60% de la frecuencia cardiaca máxima. Según vayan pasando los microciclos y vayas afinando tu estado de forma, podrás acortar el tiempo de recuperación entre repeticiones y entre series,

Al final de todo el ejercicio, rodarás de 20 a 30 minutos al 60% de la f.c.máx.

El tiempo estimado de recuperación, para que puedas volver a hacer otro entrenamiento de fuerza resistencia, será de 48 horas. Este tiempo es el que debes tener en cuenta para aplicar el fenómeno de supercompensación.

Tu recuperación dependerá, de la carga que hayas aplicado, poder de recuperación individual, pautas de alimentación y descanso que apliques.

FUERZA RESISTENCIAENTRENAMIENTO
Intensidad80%-85%
Porcentaje subida4% al 6%
Distancia500m hasta 4 km
Nº repeticionesDe 4 a 12
Recuperación entre repeticionesMitad tiempo repetición
Nº SeriesDe 2 a 3
Recuperación entre seriesDe 5min. a 15 min.
Cadencia50 a 55 pedaladas/min

En la primera toma de contacto con el entrenamiento de calidad y en momentos puntuales, también se puede hacer la fuerza resistencia en llano. O quizás no te quede más remedio al no disponer de subidas cercanas que se adapten a estas características. En este caso, una solución sería hacer la fuerza con el aire en contra.

La realización de la fuerza resistencia en llano, es menos exigente muscularmente. Se pueden llegar a realizar intervalos continuados desde los veinte minutos a una hora de duración. En este caso, la intensidad no sobrepasaría el 80% de la frecuencia cardiaca máxima.

lunes, 16 de mayo de 2016

Demostración científica. Las 29 son más rápidas

Por primera vez, se ha llevado a cabo un estudio científico serio (tan serio como podéis ver en los vídeos que adjuntamos, avalado por una universidad de prestigio y realizado por un Doctor en Fisiología del Ejercicio) para demostrar cual es el tamaño de rueda más eficaz del mercado: ¿26, 27´5 o 29?

Dejando de lado tamaños de rueda anecdóticos como las 36er o las 24er, el mercado se divide en tres medidas convencionales:
  • 26er: Es la medida clásica, la medida que hubo que inventar para no tener que retocar demasiado los cuadros existentes cuando se inventó el MTB, y es que 26er + neumático MTB = diámetro rueda de carretera.

  • 29er: Esta medida empezó a popularizarse hace unos 10 años. Es la medida de carretera pero con una llanta preparada para ruedas de MTB, lo que hace que el diámetro total sea mayor, obviamente.
Se han vertido opiniones en Internet de lo más variopinto y delirante durante estos años. La dificultad para señalar diferencias objetivas entre ambas medidas es obvia: son muchos los factores a medir. Es imposible muy difícil  aislar la variable “tamaño de rueda” y determinar que la diferencia de tiempo en una carrera obedeció a llevar una bici de 26 o de 29 pulgadas.
  • 27´5er: mientras tanto, la industria se ha encargado de encontrar la bici perfecta, una medida residual, la 650b, reconvertida a 27´5er: “¿lo mejor de los dos mundos?”, continua leyendo.
La web Bike Radar ha publicado un artículo con un par de videos que resumen un amplio estudio científico realizado con la ayuda de una prestigiosa universidad. Se han seleccionado varios ciclistas de edades diversas para mejorar la muestra. Todos con amplia experiencia en competiciones de XC.

LA UNIVERSIDAD Y EL INVESTIGADOR

Un estudio es científico solo cuando se publica en una revista científica, indexada y se somete al escrutinio de la comunidad científica para su estudio, pero salvada esta cuestión, el investigador existe, la universidad existe y el estudio parece serio.
La universidad es la UCLANUniversity of Central Lancashire, ubicada en Preston, UK, y fundada en 1828.

El investigador es el Doctor Howard Hurst, profesor titular de Deporte y Fisiología del ejercicio. Cuenta con varias publicaciones, relacionadas principalmente con el ciclismo, y en 2005 defendió su tesis doctoral: The Power Output Characteristics of Downhill Mountain Biking.

EL ESTUDIO

Para intentar aislar la variable: “tamaño de rueda” hay que tener controlado todo lo demás. Por este motivo, la prueba tuvo en cuenta el consumo de energía, la potencia generada, la utilización de la musculatura, el cansancio del sistema cardio-respiratorio y otros factores.

Pero no solo el ciclista es importante, la protagonista, al fin y al cabo, es la bicicleta. Por este motivo, continuando con la intención de aislar la variable “tamaño de rueda”, todas las bicis empleadas son de la misma marca y modelo (Santa Cruz Superlight) y con similares características.

A pesar de estar promovido por la marca de bicis Santa Cruz, tampoco posiciona sobre un tamaño de rueda determinado ya que Santa Cruz ofrece tres de sus bicis, cada una en un tamaño de rueda. Entendemos que lo que quiere Santa Cruz es vender sus bicis, pero no un tamaño de rueda en concreto.

El último factor que puede influir es el recorrido seleccionado. El estudio se ha desarrollado en un circuito de XC con largas subidas y bajadas muy técnicas. Los ciclistas dieron varias vueltas en las diferentes bicicletas de 26, 27´5 y 29 pulgadas. El tiempo empleado en cada segmento de subida o bajada también quedó registrado de manera independiente.

El circuito, de 3,8 kilómetros, representa de manera fideligna las condiciones que un ciclista puede encontrar en un circuito de XC: subidas cortas y con dificultad técnica, otras subidas más largas, tramos técnicos, grava, etc.

LAS CONCLUSIONES

29er resultó ser la bici más rápida. No se obtuvieron diferencias significativas en la parte fisiológica (o sea: que te cansarás lo mismo en cualquier bici). Si se obtuvo diferencia en los tiempos, siendo 12 segundos más rápida que la 26er y 19 segundos más rápida que la 27,5er.

Cuesta arriba, la 29er también fue la más rápida, pero cuesta abajo, la 26er ganó por un estrecho margen.

Esta conclusión es interesante pues echa por tierra todas las afirmaciones basadas en sensaciones de muchos bikers: (1) el hecho de que las 29er son mejores que las 26er bajando: NO DEMOSTRADO. (2) que las 26er son mejores que las 29er subiendo: NO DEMOSTRADO, y (3) que las 27´5 tienen lo mejor de cada tamaño de rueda. NO DEMOSTRADO, ya que no ganaron ni subiendo ni bajando.

¿Habrá influido lo revirado del terreno? ¿La pericia de los ciclistas? ¿Se habrán “forzado” los resultados por conseguir un titular espectacular?

Otra conclusión interesante es que no se puede afirmar que el mejor ciclista (el más rápido) obtenga un mejor rendimiento en una 29er, ni que las bicis con ruedas de 26 pulgadas sean mejores para los ciclistas con menor condición física o experiencia. Entre los ciclistas de diferente estatura no hubo diferencias.

Una conclusión más: el estudio electromiográfico (a nivel muscular) mostró que los músculos del brazo se fatigan más en una 26er que en una 29er, lo que puede suponer que en carreras de larga distancia sea un condicionante de cierta relevancia.

Sea como sea, os dejamos con los vídeos para que cada uno obtenga sus propias conclusiones, la más evidente: que cuando no estamos subidos en una bici, estamos pensando en bicis.